domingo, septiembre 05, 2010

primeras impresiones

En lo alto, dónde la vista no llega, una grieta se abre paso en el cielo.




crack... crack... crack...

-CRACK-





Y no hay lugar más que para todo eso que está cayendo a pedazos.
Pedazos del todo que caen y caen.

sábado, julio 24, 2010

Nota al margen

Al parecer una parte de mi olvidó la manía de anotar en pequeños pedazos de papel aquellas cosas que ciertas personas se negaron a escuchar. Si me esfuerzo, algunas veces puedo recordarme escribiendo aún más. Pero la mayor parte se pierde en la oscuridad.

Hace un par de días encontré un pedazo de papel custodiado por un pequeño listón. Puedo recuperar el momento en que lo guardé en aquel cajón, el momento en que lo encerré tras aquella cinta, incluso el momento en el que lo doblaba. Pero como agua entre los dedos, lo que escribí en aquella superficie se escapa de mí.

No pude hasta hace unos minutos, reunir el valor de leer aquella nota, que con tanto cariño mi pasado me mandó, aquí al presente... esperando hacer un cambio en nuestro futuro.
Mi caligrafía infantil me hizo sonrojarme y crear una sonrisa en mi rostro muy a pesar de las lágrimas que mis ojos amenazaban con expulsar

"Quizá, no pasaré los 30 después de todo, Pato…"

No puedo darle una bofetada a aquella chiquilla que lo escribió, pero puedo sentir el dolor en el fondo de mi garganta que eso provocó. Ahora, tal vez escogería una combinación diferente de palabras. Con un poco de consideración, suavizaría el golpe, lo haría un poco divertido.

Pero ese no es el punto. Lo cierto es que la chiquilla tenía razón.
Previó sus acciones y me condujo finalmente a esa simple frase.


-Sí, tenemos que darnos prisa, después de todo.-

domingo, julio 11, 2010

Zephyra Van Duren II (Expectación)

Mientras consideraba si los acontecimientos de aquella semana tenían relación con la enfermedad que había sufrido en su infancia, Alice no pudo evitar reparar en lo ajena que le parecía la cama donde dormitaba.
Contempló las cicatrices de batallas pasadas en sus manos. Sobre su piel desnuda, la luna derramaba su luz dándole un brillo fantasmal que se complementaba con el expirado frío que era usual en aquella habitación.
–“Murieron hace tiempo… como yo.”- murmuró.

El sonido de su voz se le antojó lejano e irreal tal como las sombras que ahora jugaban ante su mirada y el inusual olor a tierra mojada que desprendía aquel techo nebuloso.
Desde la punta de sus pies, la sensación de una enredadera subía hasta arriba de sus rodillas. Incómoda por esto último, giró sobre si misma para deshacerse de todos aquellos ensueños y sentir la calidez de Dante.
Dejo caer su mano sobre el espacio junto a ella y lo que sintió a continuación despejó por completo cualquier tipo de somnolencia presente. Sus dedos rozaron una superficie húmeda y tibia, lo que la hizo voltear completamente; Dante no estaba ahí y tras de sí había dejado una gran mancha que cubría casi la mitad de la cama.

Alice alarmada llamó a Dante en la oscuridad, pero ni siquiera ella misma pudo escucharse. Sus oídos eran inundados por el perturbador sonido de rompimiento metálico y un incesante jadeo que provenían de los pies de la cama.

La luz que pasaba a través de los ventanales no era la adecuada para que Alice notara el color escarlata de la mancha que ahora se extendía hacia ella. Al tratar de salir de la cama al fin observó las fibras que lentamente trepaban por sus piernas, inmovilizándolas. Sin pensarlo demasiado, alargó las manos hacia las enredaderas para retirarlas, pero para su sorpresa –y desagrado- no pudo tomar ninguna pues al instante de haberlas tocado, las fibras se evaporaban y diluían en el ambiente tal como si fueran humo mientras en su piel permanecían delicadas marcas de donde antes se habían posado.

Con un movimiento rápido bajó de la cama. Inmediatamente se arrepentió de esto pues sus pies se posaron en una superficie blanda y fria que correspondía al olor que antes había percibido. La muchacha trato de dejar que su cerebro procesara la situación, pero la intuición le dictaba que la ausencia de Dante y lo que fuera que estaba produciendo ese jadeo estaban estrechamente relacionados, mientras un agudo y taladrante sonido invadía su cabeza.

Omitiendo olímpicamente el hecho de que lo que observaba no podía estar sucediendo se acerco decida a descubrir que se ocultaba tras la cama. Sus pasos flaqueaban ante la inestabilidad del –¿Fango?- y mientras avanzaba hacia el borde del lecho, el sonido metálico cesó.

Lo miró… y eso la miraba de regreso.

miércoles, junio 16, 2010

Zephyra Van Duren I (La persecusión)

Temblando entre las ruinas, Alice deseaba hacerse invisible mientras la lluvia mojaba su cuerpo. Estaba aterrorizada y cada fibra de su ser le rogaba la huida de ese lugar. Su mente se ahogaba cada vez que trata de visualizar su habitación. Sentía calambres en las piernas y su pecho empapado parecía terriblemente pesado con cada aspiración. Un rugido proveniente de la llanura la sobresaltó y obligó a su cuerpo a ascender más aquella colina interminable.

La bestia olfateaba el aroma a sangre que desprendía la pequeña figura de su presa, lo cual facilitaba la persecución, pero era la desesperanza el mayor distintivo de aquel alimento que le esperaba en aquella prohibida colina. A pesar de que su instinto le indicaba que era peligroso acercarse a ese lugar, la atracción hacia esa entidad era demasiado excitante como para ignorar la advertencia. Su pobre vista le indicaba que aquel día, la estrella más grande permanecía impotente tras los nubarrones color púrpura y que eso le mantendría a salvo.

Tras la colina el mar infinito se extendía hiriendo a la vista por su brillante color. Alice podía sentir como el peculiar dulce aroma la envolvía a pesar de la constante y pesada lluvia que caía en aquel lugar. Sus pies descalzos resbalaban en la tierna hierba húmeda y sus manos poco resistían ante esto cansandola el doble y reduciendo cada vez más la distancia entre (-de ninguna manera lo pienses-) y ella.

En el claro, sobre la colina, la hierba reducía su espesura y asemejaba arterias sobre la inmortal roca negra de la que estaban formadas las ruinas. Alice se deslizó sobre ella y sintió la aspereza natural de su forma. Se detuvo en seco y miró hacia atrás en busca desu cazador, que al parecer ya no estaba ahí. Su cuerpo ante la sensación de seguridad cayó al suelo e inconscientemente las rodillas de Alice se juntaron hacia su pecho. El viento se detenía ante el contorno de su gimoteante figura y Alice lloraba su dolor sin lágrimas pues aquel acto, tal y como la lluvia que ahora llenaba el ambiente, eran ajenos a aquella torcida realidad.

No te atrevas (Que sólo puede significar algo para ti)

Te extraño y tu ausencia me angustia. No importando lo cerca que puedes estar de mi solo quieres alejarte más y más. Te quiero.. es tan simple y básico como eso. No recuerdo haber querido nada con tanta obstinación y creo que eso significa algo, algo claro como lo siguiente:

"Este es un lugar muy oscuro del que no hay salida, no hay luz que me ilumine ni calor que me conforte. Sólo frío, sombras y soledad.
Vivir cada día es una tortura que pudre y carcome mis entrañas.
No hay esperanza, sólo la promesa de una porquería llamada existencia terminara algún día.
No hay salida, solo el hecho de dejar de sentir  de alguna manera...
Hay espinas que penetran cada terminación nerviosa de mi cuerpo, cuchillas que cortan mi piel y púes que desgarran mi corazón.
Mi sangre ponzoñosa corre fuera de mi cuerpo, bañando cada cm de el...
y aquí sigo solo, con dolor y bañado en cólera y agonía.
Un día una luz de esperanza, se filtra aquí y ya no hay dolor, frío ni rabia.
La vida tiene sentido, mis heridas cicatrizan y desde ese momento tengo deseos de vivir.
Ganas de amarte sobre todas las cosas.
Las navajas que penetraban mi piel, son ahora la caricia de tus dedos.
El fuego que me quemaba es ahora la pasión con la que me miran tus ojos y el veneno que tome es el dulce néctar de tus labios.
A donde vayas yo iré. Sea el cielo o el infierno, yo estaré ahí por ti.

Tu me diste el deseo de vivir...
Te amo y ni Dios ni el diablo tienen el poder para cambiarlo.

Bajo esta luna de plata deseo pasar contigo el resto de mis noches."

¿Puedes recordarlo?, Yo lo hago cada día. No muero y aun puedo sonreír, pero mi capacidad de desear está atascada en ti, en tus manos, tu cabello, en tus labios eternos. Quiero estar contigo... y nada más. Te quiero a ti. Lucho contra mi, contra los demás, contra la realidad que tanto detesto, por pensar que de alguna forma puedo lograrlo. Me gustaría hacerte ver que aún tenemos una oportunidad más, que sólo estará ahí si tu intentas reconocerla.

Cómo anhelo que me acompañes a través del denso y peligroso mundo de mi imaginación, como el faro de luz que alguna vez me dijiste podía ser.

Todo este tiempo, todo este cariño... todas las horas que pude compartir contigo lo demuestran. Y las risas, los suspiros, los besos y las caricias lo valen, igual que tu. Así que no te atrevas a decirme que alguien como tu no lo vale.

No me desviviré, no tendré pesadillas, no golpearé paredes inocentes.
Pero no pienso perder lo que me ha hecho tan feliz todo este tiempo, por lo que la esperanza de tu cariño siempre va a estar en mi. 

viernes, abril 16, 2010

Hello

I was dreaming about you. About meeting you, waiting for your touch, your laugh and your eyes... Dreaming 'cause it was the best thing I could do.

We came from different worlds, we weren't meant to be together. And yet you find me and you hold my hand and whisper sweet words into my ear while I was too lost and blind to see you... With my heart in your hands I trusted you and let you guide my soul to our new world.

And so we are one now... but, for how long? 
Deep inside you, you know I'll leave soon but anyway you stay... just here, by my side making me feel a worthless happiness.

Somebody ask you how do you feel about me... You simply answered
She's my life.

All I want to do is be yours, as long as I can.
Don't worry... You had me from Hello...



martes, marzo 30, 2010

Diálogo interior.

Tus esfuerzos son más como impulsos inútiles... casi humanos, pero igualmente ineficaces y son reducidos por esa jaula de barrotes invisibles e irrompibles. Destrozados caen tus intentos, sobre lágrimas de frustración anteriormente derramadas. Eres derrotado por la aplastante certeza de mis convicciones y mi falta de compasión, la cual perdí a través de las acciones y no del tiempo que ha pasado por mi.

¿Quién eres tu y como es que osas entrar a este mundo? Se te ha advertido, tus sueños son obscenos e incorrectos para esta realidad pues tu existencia se desvanece producto de la misma necedad, carente de fundamentos. No hay ningún propósito aquí para ti. Mi salvación es una opción que ha quedado muy atrás, oculta tras un velo de satisfacción.

Te enredo entre la seda de mis verdades, te muestro la fantasía del poder que me pertenece, de lo que puedo crear y destruir… Agobiándote con lo que te atormenta, asusta e intimida mostrándote como con simples palabras tus peores temores se alejarán. 

Y aún así esta idea trata de escapar de mí… Vuelve e invade mi cabeza con las órdenes correctas. No debo de permitirte entrar, debo temer que no puedas salir de esta enfermiza y retorcida vida. No debo querer hacerte daño o envenenarte con mis acciones, engatusarte con mis palabras o reírme de ti, castigarte y abusar de tu ingenuidad, dañarte, destruirte y disfrutar de tu bella fragilidad… 
Puedes ver como este monstruo se apodera lentamente de mí… Así cómo el temor se vuelve deseo…

Y para mi infortunio el deseo es permanente… tus brazos, tu silueta… esa mirada. ¿Cómo he de resistir a tan apetecible tentación? ¿Cómo he de decir no a tu virginal alma y compañía?

Escapa, huye de mí, de nosotras… mientras seas lo suficientemente fuerte para hacerlo. 

Lentamente te consumiremos hasta las mismas entrañas de tu ser, corrompiendo tus ganas, inhibiendo tu apetito. Derrocaremos tu mandato sobre el corazón y cada una de tus barreras caerá, aplastando toda esperanza en tu prometedor futuro. Tu voluntad desaparecerá al igual que tu razón y abrazarás está ultima oferta de obediencia.

Duele detenerlo... y está luchando por salir.
Al final, ni siquiera yo podré frenar esta locura…


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Recomendación: Escape! - Phillip Glass