domingo, noviembre 11, 2007

11 de Noviembre.

Las letras definen mi vida y yo dócilmente me dejo dominar. Por que las letras son vida y mi debilidad me impide olvidarlo. No opongo resistencia por que desde el principio accedí a un final inusual al pensarlo a través de acontecimientos, problemas y melodías parece seguro y confortable. Mis ojos cambiaron para ser guiados por algo más. Mi alma es el instrumento para darle vida a una historia de muerte, que impaciente deseo concluir. No es por que tenga prisa, si no por que literalmente muero por saber el final y deseo saber como pasará.

Soy exactamente como todos los demás, mis ideales simplemente han sido definidos por alguien ajeno a mi forma de existencia lo cual facilita mis acciones. Un libro que cambia la vida. Un libro que guarda la historia de lo que los demás llaman vida.

Al concluir con ella esa historia busca la inmortalidad. Una vida que se alcanza solo en la memoria de los hombres (Diderot). Un sueño es el trono del alma que al terminar es la realidad, por lo que nunca dejamos de soñar. Por que los sueños son tan profundos como la muerte. Es ahí donde planea alcanzar mi libertad, pues la muerte es el regalo que me da.
Por fin esa historia me va a pertenecer, después de vivir en la imaginación de alguien más, hasta que otro, como yo la haga propia.

Y en estos 10 años de espera no pido nada más que vida. Vivir en serio antes de morir por alguien más. Poder estar satisfecha para morir sin querer nada más que solo eso.