domingo, noviembre 11, 2007

11 de Noviembre.

Las letras definen mi vida y yo dócilmente me dejo dominar. Por que las letras son vida y mi debilidad me impide olvidarlo. No opongo resistencia por que desde el principio accedí a un final inusual al pensarlo a través de acontecimientos, problemas y melodías parece seguro y confortable. Mis ojos cambiaron para ser guiados por algo más. Mi alma es el instrumento para darle vida a una historia de muerte, que impaciente deseo concluir. No es por que tenga prisa, si no por que literalmente muero por saber el final y deseo saber como pasará.

Soy exactamente como todos los demás, mis ideales simplemente han sido definidos por alguien ajeno a mi forma de existencia lo cual facilita mis acciones. Un libro que cambia la vida. Un libro que guarda la historia de lo que los demás llaman vida.

Al concluir con ella esa historia busca la inmortalidad. Una vida que se alcanza solo en la memoria de los hombres (Diderot). Un sueño es el trono del alma que al terminar es la realidad, por lo que nunca dejamos de soñar. Por que los sueños son tan profundos como la muerte. Es ahí donde planea alcanzar mi libertad, pues la muerte es el regalo que me da.
Por fin esa historia me va a pertenecer, después de vivir en la imaginación de alguien más, hasta que otro, como yo la haga propia.

Y en estos 10 años de espera no pido nada más que vida. Vivir en serio antes de morir por alguien más. Poder estar satisfecha para morir sin querer nada más que solo eso.

domingo, octubre 28, 2007

Notas para mí.

.Estoy intentando.
Guardando silencio por ti. Ya que lo esperaba.
Me duele adentro. Por que alguna vez creí.
Aguardando el te quiero. Soñando que hicimos una promesa.
Rechazando el pasado. Por que es muy difícil.
Anhelando el día siguiente. Antes del presente.
Quitándome la esperanza. Que no sirve de nada.
Modificando mi vida. Para agradar a los demás.
Mostrándome fuerte, sin sentimientos. Por ti. Por mi.
Por lo que eramos. O lo que fingías ser.
Sintiendo pasión por lo que odias. Aceptando las condiciones.

Esperando que un día recuerdes lo que yo ya no tengo que recordar.
Llorando mi debilidad. Por que no debo hacerlo.
Por que debo continuar. Por que lograré odiarte.
Por que parece lo correcto.
Esas fueron las palabras que utilizaste. Las recuerdo bien aún. A pesar de que cada mañana trato de expulsarlas de mi realidad. Me causaste todo lo que me querías evitar. Hiciste un buen trabajo.
Estoy apunto de olvidarte. Te juro, que estoy apunto de olvidarte.

jueves, octubre 25, 2007

saliendo de.

Hay una tesis que dice, que no existe laberinto de donde no se pueda salir.

Aranxa siente un frío infernal dentro del auto, pero quiere desperdiciar la menor posible cantidad de gasolina. A pesar de que tiene las manos adoloridas por el frío no le quita la vista al parabrisas. Tiene que parecer relajada y su inexpresiva cara la ayuda un poco a eso. La gente pasa junto al coche y no la notan, eso no es nuevo para ella, en realidad nunca la habían notado, pero no le molesta, le causa menos problemas.

20:34... Ya es hora. 11 minutos. Tiene solo 11 minutos para morir. Mientras echa a andar el auto su celular suena. Es Alberto, otra vez. Ya no quiere más distractores, pero no puede apagar el teléfono o podría pasarse de la hora. 20:37 repasa memorias necesarias. Primer recuerdo, primer beso, primera cogida, primera desilusión, primera traición, primera muerte.
Listo. La palabra que más le gusta... y solamente eso.

20:44 y esta sobre el puente, como lo predijo no hay autos por el cierre de campaña. Perfecto. Voy a morir, voy a morir. se repite una y otra vez. No decide aun que la ultima cosa en la que va a pensar. Qué estupidez. Siempre pienso eso. Acelera y gira a la izquierda. Se siente actriz de cine. Esta es su mejor actuación. cuando rompe los tubos de contención piensa en lo frágil del material que ocupan para hacerlo. Qué estupidez. Mira el cielo. Está roto y la Luna más grande del año se muestra vanidosa. Qué frío hace.

20:45, mira por la ventana pero no puede ver el agua. Maldición. Si drenaron el lago. Odio el calor. Qué estupidez. Voy a morir. Adiós Aranxa.

Hay una tesis que dice, que no existe laberinto de donde no se pueda salir.

jueves, octubre 11, 2007

Ha regresado.

Otra vez me encuentro acompañada de pensamientos amargos.
Otra vez regreso la idea.

Cuanta gente, cuantas mentes, cuantos problemas. No entiendo, sólo por que no quiero. Me niego a recibir ayuda y no me importan las explicaciones.
He vuelto a mis vicios, gracias a una simple idea. Todo lo que era desechable, fue reciclado y regresó.
El encierro es el escape en estos tiempos y el aislamiento la forma de sobrevivir. Chamarras y mangas largas como si estuviéramos en invierno. Rayas por doquier con una ilusión de grafomanía. Adicción la pluma y al papel. Dibujos sin sentido tan profundos.
Pinto mis uñas por que mi ojos no sirven y corto mi cabello por que el dolor pesa en mis hombros. Defiendo mi rostro tras unos lentes de armazón grueso y un aparato para los dientes. Me escondo de la ausencia tras las páginas de un libro. Coloreo rostros para no perderme en la conversación. Escucho, para no pensar en mí. Me vuelvo egoísta cuando me siento sola entre tanta gente.
Por que ahora todo lo que antes curaba se vuelve dañino para mí. Todo. Por una tonta idea.

Las notas tan sencillas de esa canción a piano, se vuelven simples y molestas, como ruidos sin sentido. Y lo que era necesario llega después del silencio, donde el ruido se vuelve eterno. Cuando ya nada de lo que dices está equivocado, pero no tiene sentido. ¿Por qué?
Por una idea.

La idea que se vuelve fuerte cuanto más trato de evadirla. No quiero que permanezca, pero ya ganó, sólo pospuse lo inevitable. Pero para una idea no son suficientes las palabras.
Las ideas requieren de acciones y resultados.

No sirve de nada oponerse.
Si enciendo la luz, la sombra sólo se volverá más obscura.
Si no pienso en eso, no llevaré la cuenta. Un mes y Diez años, tiene que ser suficiente.

miércoles, octubre 03, 2007

Si estuvieras...

Si vivieras aquí, en este momento correría a tu casa, solo para llorar en tu hombro, para que ese dolor que siento se recargara un momento en ti. Egoístamente te diría que me escuches y que te quedes callado cuando me tomes en tus brazos. Te pediría que me dijeras que todo va a estar bien aunque ambos sepamos que es una mentira.
Acudiría a ti solo para saber que no estoy sola. Para saber que todavía puedo hablar, aunque realmente nadie quiera escucharme.

Necesito tocar tu cuerpo cálido para averiguar si aun puedo sentir. Quiero ir contigo para poder soñar que te importo, aunque sea solo una ilusión. Por que con la ilusión es suficiente ahora.
Para que el miedo se evapore a la presencia de tus ojos. Para que el frío se vuelva dulce cuando toque tus manos. Para que, aunque me sienta pequeña a tu lado, ya no sea indefensa.
Para que cuando este contigo me transmitas un poco de tu fuerza.

Te preguntaría por que estoy así. Tú me podrías decir si mis lágrimas son reales.
Tú, me devolverías a la realidad con palabras, si estuvieras aquí.

Y por que somos completamente diferentes, te admiro. Por que somos diferentes, te quiero.
Pero, ¿Por qué tenías que estar tan lejos?

Saluditos y gomitas.

martes, septiembre 25, 2007

Temporal.

Si, cómo un temporal. Emociones que vienen y van. Piensas que nunca regresarán, pero ahí están de nuevo. Bueno y malo, dolor y placer. No es algo que puedas evitar.
Puedes cerrar los ojos y taparte los oídos, pero no evitar la realidad.

A veces la sequía es tan persistente, que pienso ya no poder seguir, pero esa brisa y la llovizna que le sigue me impiden quedarme en rodillas. Tengo que levantarme y hacer lo preparativos y por supuesto guardar energía para poder sobrevivir a la siguiente sequía.
Pero te extraño demasiado.

Vamos a esperar que llueva, pronto.

Cielo de Xalapa 24/04/07

jueves, agosto 30, 2007

Cielo de Papel.

Como en la última hoja que suelo desechar, se dibujan formas extrañas en un tono que me hace recordar. Juntos, todos los trazos entonan una armoniosa melodía que me hace sentir, sentir de verdad. Cuando mi cabello ya no puede danzar con el viento frío y las gotas de lluvia caen sobre mis hombros, sobre mis sentimientos, el cielo se vuelve de papel. Helada trato de mirar hacia arriba y siento como las gotas golpean mis mejillas y al contacto con mis ojos, nublan mi vista. Que cielo tan hermoso. Es una belleza fría, triste, trágica, pero al fin y al cabo es belleza para mí. Aquello que cae del cielo, no es lluvia. Las notas son graves pero finas y delicadas y la partitura se traza en ese gran lienzo. Un lienzo que está llorando sobre mí. La fuerza del ritmo me hace ponerme de rodillas y lamentar el no poder compartirlo con nadie más. Pero se imponen los sentimientos del recuerdo y en ese momento, el presente de mis lágrimas ya no cuenta y pasan a ser de alguien más. En el clímax los trazos me abruman, pero no me permiten expresarlo. La intensidad de la manifestación es tal que me ahoga y me llena de dolor. Pero es tan bella como en el inicio. La melodía eterna sonará.
Es mi cielo forjado por sentimientos. Es un papel inmortal.

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jueves, agosto 16, 2007

para ella solamente..

---Por que mi madre nació un 16 de agosto.---

Por que ella me escucharía como nadie lo hace.
Por que en momentos como este me abrazaría
y me diría que todo va a estar bien.
Por que me besaría la frente y me diría que dejara de llorar.
Por que me buscaría cuando algo anduviera mal
y permanecería junto a mí, sin importar nada más.
Por que se recosataría junto a mí
y hasta que yo estuviera dormida se quedaría ahí.
Por que me diría que con que la recordara sería sufiente.
Por que a ella no le llamaban la atención los lirios ni los jazmines.
Por que con esas rosas, ella hubiera sido feliz.
Y solamente por que te amo y por que siempre estarás en mí, Mamá.

Rosas

domingo, agosto 05, 2007

Todo cruel.


"Condenado a muerte"

En sus manos sostenía algo. Había pedazos de cristal regados en el piso, parte de lo que alguna vez había sido un hermoso florero. Aún no comenzaba a llover y había inmensas nubes grises surcando el cielo, amenazantes y seductoras, que perpetuaban el crimen cometido. Curiosamente a ella le no le desagrada ese clima. El silencio fue interrumpido por el sonido del portón abriéndose en el patio. Sin siquiera pensarlo, se levanto del banco y cerró la puerta de la habitación con llave, pues no quería evitar miradas curiosas y largos sermones. Sin tener mucho cuidado por los cristales se sentó en el suelo, apoyándose en la puerta. Estiró su brazo y encontró de nuevo el ramo. Crujía cada vez que lo tocaba y si no tenía cuidado las flores caían al suelo. Si las apretaba con la mano se hacían polvo y ya no tenían esos colores brillantes. El olor se había desvanecido también.

No sabía muy bien por que estaba tan enojada, tan atormentada. Directamente ella lo había ocasionado. Se apoyo en las manos para levantarse y con un trozo de vidrio se cortó. No se dio cuenta, pues el dolor no le importaba ya. Ella solamente quería retroceder el tiempo hasta antes de la masacre.

Si compraba otro ramo no sería lo mismo; serían nuevas flores y la obligarían a olvidar a aquella que la acompañaron tanto tiempo. ¿Cómo es que no se dio cuenta que las había descuidado tanto? El ramo se veía muerto pero conservaba la forma inicial, cómo para que nunca olvidara por qué lo había escogido. Se conservaba la forma para que no olvidara quién era la víctima. Le había arrebatado la vida al ramo, consumiéndolo siempre para su beneficio. Nunca le dio nada para que las flores pudieran crecer. Nunca le importó cómo se sentían.

El cadáver estaba entre sus manos, recordándole la crueldad y egoísmo con el que fue tratado. En ese momento se dio cuenta de que sus manos estaban manchadas de sangre. Sangre de ella y de la planta. Sangre de la asesina y de la víctima que fluía hasta caer al piso, junto con las demás evidencias del asesinato.

Recogió los pedazos de cristal y las partes del cuerpo que habían caído del cadáver de la planta. Cuando las miró sobre la cama, tan decididas y necias, ella se dio cuenta de que no iban a volver. Estaban muertas y no había solución como otras veces. Las lágrimas impactaron contra los pétalos. Pero nada iba a traerlas de vuelta a la vida. Todo realmente había acabado. Nunca había pensado en como iba a terminar y ya no podían volver atrás. Fue su error, pues nunca debió enamorarse del ramo. Éste ya había sido cortado y mutilado por otra persona y nunca iba a poder sentir lo mismo por alguien más. Al separarlo de la tierra fue condenado a muerte. Una muerte lenta y tortuosa. Pues la culpa era más grande que el dolor. Las flores ya no podían ofrecer nada más. Las flores murieron queriéndola y culpándose por el crimen. Ella las asesinó amándolas y recordándolas para siempre.



Pero bueno, si mi vida no es un cuento, puedo hacer cuentos de mi vida. <-- eso lo dije yo, no me lo roben.

Saluditos.

jueves, agosto 02, 2007

Con Mensaje. Supongo.

"Ayudar"


Cómo todos lo días Sara salía de su casa para dirigirse a su trabajo. Hoy ya iba un poco tarde. Es lo que hacia desde hace 5 años todos los días. Las vacaciones la visitaban cada seis meses pero Sara huía de ellas, ya que aún cuando no le correspondía ella asistía al hospital para ayudar en lo que podía. Siempre alguien podía necesitar su ayuda.
La rutina milagrosamente no le molestaba a Sara, en cambio la hacía sentir segura y la hacía apreciar el doble cualquier detalle fuera de la misma. Sara siempre quiso eso y rara vez se quejaba. Sara estaba satisfecha con su vida, era independiente y todo lo que tenía le bastaba. Nada más era necesario.

Ese día parecía normal, aunque Sara estaba un poco irritada debido a su retraso y por eso mismo apresuró un poco su paso. Un caluroso día como ese le hacía querer aún más llegar al hospital. Sólo en ocasiones así, Sara pensaba negativamente. Sentirse frustrada era algo que le molestaba. Salvar vidas era lo que ella deseaba, pero le hubiera gustado ser una doctora. El hecho de ser enfermera y convivir todos los días con sus superiores no le afectaba, pero cuando pensaba de esa manera, parecía la mayor tragedia del mundo. Aún así a ella lo que le importaba era ayudar y se sentía bien haciendo su trabajo. A las personas que ayudaba les daba un poco de su corazón y estas personas, raramente la olvidaban. Algunas veces hasta decían “Gracias”. Pero en ese momento de pesimismo no parecía suficiente.

En la calle inconscientemente apretó su puño izquierdo tanto que sólo reaccionó cuando escucho a sus dedos crujir. Soltó un suspiro y trató de llenar su mente con cualquier otra cosa. Pero no lograba sacar de su cabeza los recuerdos de sus días como estudiante… y toda esa frustración. Seguía caminando, cada vez más rápido pues cada vez era más tarde.
- Debería tener un auto.- Pensó Sara, cuando una voz muy parecida a la de ella pero en tono de burla le respondió.
- Pero no puedes, por tu patético salario de enfermera.

Sara estaba tan concentrada luchando contra su yo interior que en la esquina de una calle, no logró evitar chocar con un hombre. Todo sucedió muy rápido, Sara miraba a los ojos del joven hombre, debía tener aproximadamente su edad, unos 33 años. Era sólo unos 10 centímetros más alto que ella y una hermosa sonrisa le pertenecía.
- Lo siento mucho.- dijo Sara mientras una inexplicable onda de calor invadía su cuello.
- Si tú estás bien, no importa.- le respondió el joven hombre mostrando una voz amable y sonriendo una vez más cálidamente, -Ten cuidado.- Agregó.
A Sara le parecía que el calor emanaba de los labios del hombre y se fundía en su cuello y ahora también en sus muñecas llegando a la punta de sus dedos. Simplemente no podía dejar de mirarlo. El Hombre no ayudaba mucho a eso, pues se quedo parado en el lugar del impacto.
Sara retomó el control de su cuerpo y trato de caminar hacia la acera de enfrente pues su reloj de pulsera le recordaba que era tarde… Sólo cuatro segundo después Sara experimentó muchas cosas.

Un fuerte dolor apareció primero en su vientre y subió hasta su pecho, luego sintió como su cabeza golpeaba una superficie dura y rugosa. Escuchó un grito y una sombra le cubría todo el costado derecho de su cuerpo. Sus sentidos no estaban al 100% y no sabía por qué. Sabía que la gente de alrededor se acercaban a verla. Sintió que una mano fría sostenía la suya y la mirada del joven apareció ante sus ojos, pero notó que este ya no sonreía. Sara ahora sólo podía enfocar ese rostro y sólo podía entender lo que el decía.
- Vas a estar bien, por favor ¡Resiste!

En cuanto comprendió las palabras supo lo que había sucedido y el dolor de su cuerpo se acentúo. Le costaba trabajo respirar y sentía como si fuera a vomitar. Quiso moverse pero su cuerpo no le hacía caso. El hombre no se apartaba de ella y sólo por eso Sara quería quedarse consciente, para admirar aquellos ojos tan encantadores.
Poco a poco se enteraba de lo que estaba sucediendo – Me atropellaron.- pensó.

Sentía dolor pero las manos frías y suaves del hombre parecían atraer el dolor y sacarlo del cuerpo de Sara, lo que el hombre le transmitía era bienestar y tranquilidad.
Ahora Sara sentía que la presión desaparecía y hasta pudo formar una mueca que parecía una sonrisa. En ese momento ya no podía hacer nada más. Miró fijamente a los ojos del hombre y alrededor empezaba a obscurecerse. Sara intentaba pero no lograba decirlo. Lo último que Sara pareció ver fue que el hombre entendía lo que sus ojos decían. Entonces apareció en sus labios una triste, pero igual de hermosa sonrisa. Sara ya no vio nada más.

No pudo decir gracias, pues la ayuda nunca llegó. La vida la hizo sufrir en el último momento, la muerte le brindo paz. Sara sabía de alguna forma que, aquel hombre poseedor de la sonrisa más bella del mundo, nunca la olvidaría.

martes, julio 31, 2007

Nada que ver con nada.

"Felicidad"

En el cuarto se sentía un ambiente contaminado, frío pero asfixiante cómo si el último suspiro te fuera arrebatado. Sólo había dos personas en la habitación. Había una tercera presencia, junto al televisor, pero no era humana, no era animal, parecía solo la sombra de un sentimiento. Tomás seguía hablando con una voz tranquila, que no reflejaba ningún estado de animo. Hacía 7 minutos que Francisco había dejado de prestarle atención, pues la voz inexpresiva de Tomás lo exasperaba. Durante 4 años habían compartido esa habitación y el resto del departamento y después de 11 meses compartieron también sus corazones. Celos, inseguridades, peleas, nunca habían tocado ese hogar, nunca se habían materializado en esa relación.
Francisco ahora observaba la cara de Tomás, sus bellas facciones le recordaban por que se había enamorado de él. En la mente de Francisco se formo el recuerdo de la primera vez que hablaron, ahí con los compañeros, junto al monumento a Jorge Camacho. Entre las bellas y largas manos de Tomás se encontraba un libro y Francisco reconoció la portada, se acerco y comenzaron a charlar sobre el libro y de quien lo había escrito. Su segundo encuentro fue una suerte pues los dos buscaban un departamento en el centro de la ciudad y acordaron que vivirían juntos. Francisco y Tomás estaban hecho el uno para el otro. El recuerdo se interrumpió.
Tomás había dejado de hablar y miraba a los ojos de Francisco buscando una respuesta que no sería otorgada pues él no escuchó la pregunta. De los ojos de Tomás brotaron sólo 3 lágrimas.
Francisco se sentó en sofá justo enfrente de la presencia que poco a poco se acercaba a el. Tomás se encontraba ahora junto al librero pues el sofá estaba invadido por un profundo abismo de depresión cuando un discurso llego a su mente y no fue capaz de controlar las palabras que salían de su boca.
Sólo que esta vez, gritaba con furia lo que su mente le aconsejaba.
-¿Por qué no lo entiendes? No soy suficiente para tí. ¡Nunca te he podido dar lo que quieres! Se perfectamente que está mal, yo tengo la culpa. Te estoy haciendo sufrir, ¡entiendelo por favor! no puedo ofrecerte lo que tu me das.
Francisco levantó la vista y observo cómo Tomás lo miraba con angustia. -Yo nunca te pedí nada, estoy bien, no te hagas problema.-
-Siempre te dije que no te encariñaras conmigo, yo sabía que sólo te iba a joder. No te puedo querer como tu lo haces.
-Lo hice y no me arrepiento.- Calmadamente respondió Francisco
-No te quiero lastimar, pero parece que inconscientemente lo hago, No puedo estar contigo de la manera en que lo mereces!.- dijo Tomás.
-No te lo pedí y no te voy a insistir si me dejás atrás. Sabes lo que quiero y no necesito nada más. Quiero que estés bien tú. Amar es anteponer las necesidades del amado. Te quiero y con eso me basta.
-¿¡¿ES QUÉ NO QUIERES SER FELIZ?!?

Tomando el ejemplo de Tomás se levanto del sofá y se dirigió hacía la sombra que se encontraba ahora junto a la lampara. La encendió y el y la sombra se fusionaron en un lamento. ¿Que más podría ser la felicidad que una ilusión? Francisco decidió que no necesitaba más sueños.
La voz de Francisco sonó al mismo tiempo que la voz de la sombra.
-¿Para que quiero ser feliz?.-

domingo, julio 29, 2007

Cuentos, Historias y Recuerdos.

Vacaciones de Verano, tiempo ideal para nunca deshacer tu cama y dormir en cualquier otro lugar de la casa. En mi excursión en ella mis curiosas manos invadieron el baúl de los recuerdos y encontré un titipuchal de cosas interesantes ahí. Cartas, cuentos, fotografías, carteles, programas, etc.
Todo del 74 para acá… Nostálgica forma de regresar más de 30 años. Hasta el papel parece acompañarme en sentimiento y su textura áspera me recuerda un pergamino. Siento como si hubiera hecho el descubrimiento de un fósil o de un tesoro perdido. El papel amarillento que hace mucho tiempo fue el periódico entregado a las 6:30 de la mañana, me invita a que lo lea y su olor aumenta mis deseos de descubrir los secretos que alberga.



Descubro muchas cosas acerca de la juventud de mis padres, los lugares que frecuentaban, hábitos y actividades que practicaban juntos. Llego a conocer a su mejor amigo. Hasta quiero imaginar que mi padre escribía de una forma parecida a la mía. Al fin y al cabo los genes hicieron su trabajo con el carácter, por no mencionar el parecido físico entre nosotros. Mi madre y sus recuerdos, las fotografías demuestran que se apuntaba a todos los eventos, cantando, bailando, actuando junto a mi padre. Tan sentimental como yo. Descubrir todo eso mediante fragmentos de pasado hechos papel.

Todo esto es una maquina del tiempo que disfruto enormemente. Me alegro que alguien se tomara la molestia de conservarlos.





Saluditos.

sábado, julio 28, 2007

Libre de Forma

Somos todos únicos, diferentes y al mismo tiempo tan parecidos cuando tenemos miedo.

Libre de Forma

La desesperación se hace presente en mi realidad. Sólo trato de huir, y por ese instante no me importa el destino de los demás. Correr se vuelve el sentido de mi existencia y esconderme es mi única salvación. Huir de aquel sentimiento, de aquel sujeto, de todo en realidad. No sé por que me sigue. Miedo. Dudas. Dolor. Se fortalece esa sensación. Ya es de noche. No lo quiero admitir, pero se que esta ahí, esperando el momento oportuno. La desesperación me está cazando. Ahora estoy en El Bosque y me interno más en el. Lo conozco bien, hasta puedo reconocer ese olor. Es jazmín. No me detengo a admirar la belleza de mi querido Bosque. Solo quiero desaparecer. Quiero huir. No, tengo que huir. Estoy corriendo y me siento más liviana. Ya no siento que las ramas arañen mis brazos y me doy cuenta de que las ramas siguen ahí, pero mis brazos no. Cuando trato de gritar no logro emitir ningún sonido. No hay nada que me contenga y me disperso en el lugar. Yo no trato de luchar contra eso.

Desesperación - Desaparición

Se completo la desaparición y la amenaza al fin me deja en paz. No me importa dónde estoy. Aún no sé como llegué aquí. Sé que me muevo. Estoy caminando; no tengo un cuerpo pero se que camino hacia donde el viento se dirige. Aquí no me encontrará pienso. De alguna forma puedo sentir, escuchar, ver y oler todo a mí alrededor, pero no puedo ver mis manos, no puedo tocar mi cabello, no puedo escuchar mi respiración. No tengo forma, la deje atrás durante mi huida. Yo existo en todas partes aunque no este en ningún lugar. Aún logro tener conciencia de mi misma. Aún no sé si existo aquí y ahora. Pero ya no recuerdo por que quise desaparecer. Estoy libre de forma y me uniré a todo lo demás. Pero yo ya no estoy, desaparecí.

Desaparición - Seguridad

Con una renovada seguridad me relajo y olvido mis preocupaciones. Ya nadie puede encontrarme, pero yo tampoco puedo ver a nadie. Sin embargo no me pregunto que les sucedió a todos. Estoy a salvo por que desaparecí. Ya no me siento perseguida pero si siento cómo mi brazo es acariciado por el viento. Puedo ver como mi cabello juega delante de mis ojos. Esa respiración tan familiar me acompaña otra vez. Estoy consciente de que mi cuerpo existe. Es de noche todavía y reconozco el olor a Jazmín en el ambiente. El Bosque está de nuevo aquí. Yo estoy de nuevo estoy aquí.

Ya no puedo pensar en nada más que en el miedo que estoy sintiendo. Este era su momento oportuno. Ya conozco esa sensación.

jueves, julio 26, 2007

Ausencia

Por un momento estoy, no hay nada más que un aroma en el aire, mientras trato de recordar a qué o quién pertenece ese aroma, me pregunto que es eso que se extiende infinitamente.
Estoy y no hay nada más que una sensación de mareo que se funde con la luz que parece danzar. Estoy y no hay nada más que una mente sin recuerdos, una mente sin propósito con dejo de desesperanza. Estoy y no hay nada más que una razón sin ningún truco o trampa. Estoy y no hay nada más que un alarido que parece de dolor, de frustración. Estoy y no hay nada más que un futuro irreal, condenado al desvanecimiento. Estoy y no hay nada más que ese sabor amargo y áspero a la vez que trata de sofocar la más mínima ilusión. Estoy y no hay nada más que el deseo de rendirse, de no seguir por ninguna de las metas que tenías.

¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí?

Estoy pero ya no hay más dolor. Estoy pero ahora puedo moverme. Estoy pero ya siento ninguna carga. Estoy pero la razón desapareció. Estoy pero la esperanza ya no es necesaria. Estoy pero el rencor no murió. Estoy pero las mentiras existen. Estoy pero la promesa está incumplida. Estoy pero ya no hay deseo…

Estoy y sé que alguien más está aquí también en este infinito, sin embargo ese alguien tiene planes, ese alguien sabe algo que yo no. Lo sabe y yo trato de huir. Pero no hay razón Finalmente esta presencia toca mi mano. Sabe que ya no hay nada más, nada de que preocuparse. Fue solo por un momento.


¡Demonios, cómo deseo recordar de qué o quién es ese aroma!
Pero desgraciadamente, ahora ya no estoy.

El nombre de está fotografía también es ausencia.

Cuando tomé ésta fotografía ese alguien debería haber estado ahí.

Esta vez, no hay saludos.